Ochenta libros

Siguiendo el testigo dejado en la red por Rubén Martín (y a su vez dejado por Stalker), me pareció un ejercicio agradable el de recopilar aquellos libros que, de alguna manera, me habían marcado a lo largo de los años, ya sea por la influencia, la conmoción, el disfrute o la creación irreversible de mundos posibles que, una vez visitados, siempre está(ra)n presentes. Ni que decir tiene que algunos me habré dejado y que otros son cuestionables, pero ésta es la lista final, por ahora. Siguiendo mínimamente las reglas del juego, no se han repetido autores (en algunos casos, como el de McCarthy ha sido difícil escoger) y se han mezclado géneros (novela, poesía, teatro, ensayo y cómic). La lista, pues, es la siguiente:

Correr – Jean Echenoz
La gracia del enano – José Fernández de la Sota
El señor presidente – Miguel Ángel Asturias
Fin de partida – Samuel Beckett
La noche del cazador – Davis Grubb
La cruzada de los niños – Marcel Schwob
Las afueras – Pablo García Casado
Ciudad del hombre: Barcelona – José María Fonollosa
1280 almas – Jim Thompson
La lluvia amarilla – Julio Llamazares

Gustave Doré, La cruzada de los niños

La niña del pelo raro – David Foster Wallace
El hurgón mágico – Robert Coover
Manual de instrucciones para usar los brazos – Francisco Javier Casado
Harmonium – Wallace Stevens
Poesía completa – Alejandra Pizarnik
Sukkwan Island – David Vann
Lo bello y lo siniestro – Eugenio Trías
El hombre jazmín – Unica Zürn
Batallón de castigo – Sven Hassel
Matar a Platón – Chantal Maillard

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La fábrica de avispas – Iain M. Banks
La bestia del corazón – Herta Müller
Poesía completa (1970-2000)– Leopoldo María Panero
Catedral – Raymond Carver
Nostalgia del absoluto – George Steiner
El almanaque de mi padre – Jiro Taniguchi
Paseo de los tristes – Javier Egea
La estación de la calle Perdido – China Miéville
Uzumaki – Junji Ito
El jardín de senderos que se bifurcan – Jorge Luis Borges

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La llave – Junichiro Tanizaki
Ruido blanco – Raúl Quinto
Contexto: material – Birgitta Trotzig
El almuerzo desnudo – William Burroughs
Stone Junction – Jim Dodge
Si una noche de invierno – Italo Calvino
Predicador – Garth Ennis y Steve Dillon
2666 – Roberto Bolaño
La campana de cristal – Sylvia Plath
El Horla y otros cuentos fantásticos – Guy de Maupassant

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El proceso – Franz Kafka
It – Stephen King
Libro del frío – Antonio Gamoneda
En las montañas de la locura – H. P. Lovecraft
Watchmen – Alan Moore y David Gibbons
La Dalia negra – James Ellroy
Del infierno – Giorgio Manganelli
El Maestro y Margarita – Mijaíl Bulgákov
La sonrisa del vampiro – Suehiro Maruo
El exorcista – William Peter Blatty

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Vurt – Jeff Noon
El rey Lear – William Shakespeare
Fiasco – Stanislaw Lem
El hombre ilustrado – Ray Bradbury
La insólita reunión de los nueve Ricardo Zacarías – Colectivo Juan de Madre
Niños en el tiempo – Ian McEwan
Crash – J. G. Ballard
Agujero negro – Charles Burns
Plata quemada – Ricardo Piglia
Meridiano de sangre – Cormac McCarthy

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La pasión según G.H.– Clarice Lispector
Escatófago – Fernando Merlo
El gato negro y otros cuentos – Edgard Allan Poe
Mi nombre es rojo – Mercedes Díaz Villarías
Vive o muere – Anne Sexton
Submundo – Don DeLillo
¿Sueñan los androides con ovejas eléctricas? – Philip K. Dick
Píldoras azules – Frederik Peeters
Morgue – Goetfriedd Benn
Claus y Lucas – Agota Kristof

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The marriage of Heaven and Hell – William Blake
El ladrón de morfina – Mario Cuenca Sandoval
Planetary – Warren Ellis y John Cassaday
Hyperión – Dan Simmons
Akira – Katsuhiro Otomo
El malestar en la cultura – Sigmund Freud
Poemas a la muerte – Emily Dickinson
Árbol de humo – Denis Johnson
Cinco canciones de cuna – Francisco Javier Pérez
Historia de la locura en la época clásica – Michel Foucault

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3 Comments

  1. Una lista impresionante, especialmente por la buena mezcla de géneros, que no cae en la fácil discriminación de la ciencia-ficción o el cómic.
    Sin embargo, cabe hacer una pequeña corrección. Iain Menzles Banks publica sus novelas bajo dos nombres. Cuando es ciencia-ficción lo hace como Iain M. Banks, pero cuando es una novela «seria» (y recalco las comillas) publica como Iain Banks. La fábrica de avispas es una de las «serias».

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