Formas de lo ausente (III): «R.I.P.», de Felipe Almendros y «The dad project» de Briony Campbell

La presencia del padre más allá de la muerte. La presencia del padre antes y después, durante el acto de desaparecer de forma física, de permanecer en el anverso de la broma infinita. La necesidad de contrastar la duda o la conversación pendiente. El proceso del hijo, la hija, poseedores de las herramientas para dejar una constancia más allá de las suposiciones de que lo que sucedió también puede ser recuperado, digerido, reconstruido. El hueco de lo que se perdió aloja la posibilidad de una nueva presencia.

Y la novedad puede ser introducida por las manos del artista. Por su mirada. Por tener la suficiente honradez como para observarse a sí mismo sin tener miedo de la mirada de aquel que no está. Desde el respeto, o la rabia, o simplemente la curiosidad. O la bondad por cuidar del propio cuerpo, de la propia integridad. Y de la del padre, inevitable lugar.

R.I.P. de Felipe Almendros (o mejor dicho, de Alfonso Almendros, tal y como indica en la portada, decisión justificada en el magnífico broche con el que culmina la parte central del cómic) es una perfecta máquina orgánica. En un derroche de contrarios, lo bello y lo siniestro, el blanco y el negro, la recta y el temblor, la libertad y la atadura, lo simple y lo complejo, Almendros consigue realizar un libro para sí mismo que, como las grandes obras de arte, siempre está al servicio universal: no hay nada casual, descuidado. En R.I.P. se habla desde la angustia, el goce y el cariño reales, sin imposturas, con cada página realizada como una sola idea compositiva, con una lectura sincera y por ello extremadamente compleja porque, como el buen cine, siempre deja un “algo más” cada vez que se termina.

Y RIP es, sobre todo, una oportunidad. La de reestructurar lo que se perdió. La deconstrucción cercana. El homenaje a uno mismo y a lo que se ha querido. La constatación de ese hecho.

Como en “The Dad project”, de Briony Campbell. La fotógrafa reordena el mundo a través de sus ojos, a través del enfoque, la composición y la edición de las imágenes. Se mira a sí misma, reordena y acepta, a través de la constatación de la presencia y la posibilidad de reescribir lo sucedido desde el punto que se decida elegir. Y otorga al padre un lugar diferente en este hecho que le atañe, le da la posibilidad de entender de otra manera a su propia hija, de entender aún más qué deja y a quién deja al cuidado del mundo. Desde una exquisita elección de las fotografías, el proyecto hace patente la dignidad de lo real, la posibilidad de no avergonzarnos de lo que sucede, de tratarlo y proceder a su transformación.

El arte como reordenación. El arte como alquimia. Como reconstructor de lo real.

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REFERENCIAS:

Página web oficial de Briony Campbell (donde se puede ver su edición de las fotografías del proyecto y una pequeña edición en vídeo), aquí
Edición del mismo proyecto a cargo de los fotógrafos de Ruido Photo, aquí
Entrevista a Felipe Almendros, aquí
Página web oficial de Felipe Almendros, aquí
 
 

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